jueves, octubre 3, 2024
América Latina

A 50 años del golpe de Estado en Uruguay: diálogo intergeneracional

En un emotivo acto, Naciones Unidas Uruguay y la Institución Nacional de Derechos Humanos llevaron adelante un evento por los 50 años del golpe de Estado

El encuentro conmemoró la ruptura del orden democrático e institucional en el país, que se tradujo en gravísimas violaciones de los derechos humanos de la población. Nuestras instituciones recordaron conjuntamente este triste momento en la historia de Uruguay, un país que en las últimas décadas se ha destacado como una de las democracias más sólidas a nivel mundial.

En el marco de un diálogo intergeneracional, personalidades que en su juventud vivieron el g golpe de Estado dialogaron con jóvenes que en la actualidad promueven los derechos humanos.

La instancia fue moderada por la periodista Iliana da Silva y participaron del diálogo:Juan Miguel Petit, abogado y periodista, actual comisionado parlamentario penitenciario; Ana Lía Piñeyrúa, abogada y política, ex ministra de trabajo y seguridad social; Nancy Méndez, activista por los derechos de la comunidad afro, integrante de Afroredes.uy; Alfonsina Domínguez, activista por los derechos de la infancia y adolescencia, integrante de la organización Ser Parte.

Previo al diálogo hubo una mesa de apertura que contó con la presencia del presidente de la INDDHH, Marcos Israel y el coordinador residente de Naciones Unidas Uruguay, Pablo Ruiz.

“La Democracia y el Estado de Derecho son pilares fundamentales para posibilitar el goce de los derechos humanos y constituyen la única garantía cierta para las libertades individuales”, señaló Israel en su intervención.

Sostuvo que “la historia pasada y aun la que se está escribiendo en el presente, en el mundo entero, demuestran con gran elocuencia, con hechos, las graves violaciones que sobrevienen cuando se quiebra el Estado de Derecho. Sin importar los fundamentos que diferentes actores quieran ofrecer para suspender o recortar la institucionalidad, esa circunstancia termina siempre en violaciones, opresión y sufrimiento para los pueblos”.

“Por estas razones, destacamos la importancia de recordar, de mantener la memoria viva, de asegurarnos que las generaciones que no lo vivieron conozcan los testimonios de quienes lo vivieron, para que aprendan de ello, como un antídoto ineludible para no repetir”, agregó.

A su turno, Pablo Ruiz mencionó que esa semana en la que se realizó el diálogo fue “de alto simbolismo institucional”.

“El análisis de aquella coyuntura es tema de preocupación de los historiadores y figuras uruguayas de la época. Comparto aquí una reflexión personal. En mi infancia, uno de mis abuelos me hablaba siempre de una guerra civil que lo había marcado, en su tierna adolescencia. Él era franquista, pero enemigo de una violencia que como católico rechazaba. Mi otro abuelo, sumergido en los libros, jamás me mencionó la guerra. Solo décadas después de su muerte supe que había sido un militante republicano. Después de esa y otras vivencias profesionales alrededor del mundo, he aprendido que la historia de las víctimas no se escribe solo con palabras, sino también con silencios”, añadió.

Señaló que “Tal vez, en el 75 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, valga la pena invitar a profundizar las instancias de diálogo democrático en esta materia. Porque el respeto, la empatía y la escucha pueden ayudar a tramitar dolores aún muy presentes de las víctimas y cuya sombra puede alargarse en el tiempo”.

“Confiamos, en fin, en que durante ese diálogo del Nunca Más puedan fluir las palabras, y que, poco a poco, cobren voz los silencios”, sentenció.