lunes, marzo 18, 2024
El CINU

Ser casco azul es un reto total, sostiene enfermera militar

Roxana González | El Sol de México

Irene Sáenz nunca imaginó viajar hasta la República Centroafricana para sumarse a la Misión Multidimensional Integrada de las Naciones Unidas, como casco azul, con el fin de apoyar a los civiles atrapados en medio del conflicto armado que vive esa nación desde el año 2013.

La experiencia, dice, es única: “además de conocer lugares que uno sólo ve en la televisión o el cine”, trabajar con efectivos de otros países la ayudó a reforzar su formación castrense.

Ni siquiera había escuchado que existía la República Centroafricana, mucho menos sabía dónde se localizaba, pero portar el uniforme de la ONU, sin duda, ha sido un reto total porque las mujeres han adquirido un papel fundamental en las misiones de paz”, afirma Irene en entrevista con El Sol de México, con motivo del Día Internacional del Personal de Paz, que se conmemora hoy 29 de mayo.

Agrega que las mujeres y los niños son, siempre, los más afectados en los conflictos armados por lo que cuando ven a una mujer con el casco o la boina azul “se abren” y es más sencillo que brinden la información que se les requiere.

Lo que me llevo de haber participado durante un año en esta misión de paz es la experiencia de trabajar con personal militar de muchos países con los que se crea una hermandad, algo que sin duda ayuda en mi formación profesional”, dijo.

Originaria de Ciudad Guerrero, Chihuahua, Irene, quien es enfermera en el Ejércitoforma parte del grupo de 117 militares y policías federales —24 mujeres y 93 hombres—, que México ha desplegado en misiones de paz de las Naciones Unidas desde el año 2014, cuando el gobierno del entonces presidente Enrique Peña Nieto decidió que el país volviera a participar con efectivos militares y civiles, tras más de una década de suspensión.

Hasta ahora, sólo han sido militares y policías federales los que han colaborado con la ONU en países como Haití, Colombia, Líbano, Malí, Sahara Occidental y la República Centroafricana, de acuerdo con el teniente coronel de Transmisiones y subdirector del Centro de Entrenamiento Conjunto de Operaciones de Paz de México (CECOPAM), Oscar Giovani Rivas Samaniego.

El militar, quien formó parte de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de la ONU en Malí (MINUSMA), agregó que en lo que va del año ya son 15 los efectivos mexicanos asignados a misiones de paz.

En total, son mil 201 los elementos castrenses que el CECOPAM ha entrenado desde que fue inaugurado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en enero de 2020, de los cuales, según Rivas Samaniego, 28 por ciento son mujeres, además de 138 extranjeros provenientes de países como Venezuela, Colombia, República Dominicana, Egipto y Jordania.

México no envidia a nadie

El mayor de infantería diplomado de Estado Mayor, Arnoldo Suárez Meléndez, ha participado en dos ocasiones como casco azul mexicano a favor de la paz mundial. La primera vez, comenta a este diario, lo hizo en 2015 cuando fue seleccionado para formar parte de la Fuerza Interina de la ONU en el Líbano y el año pasado, en Malí.

La primera vez fue una emoción muy grande, pues era algo novedoso, algo diferente; la segunda vez sentí un compromiso muy grande por representar a mi país de la mejor manera”, afirmó.

Originario de Coatzacoalcos, Veracruz, considera que el regreso de México a las misiones de paz de la ONU no sólo le otorga un reconocimiento internacional a nuestro país, sino lo pone a la vanguardia en el escenario internacional.

No le envidiamos nada a nadie, México está a la altura de cualquier centro de capacitación para la paz en el mundo, tenemos la preparación adecuada para desempeñar la misión que se nos asigne”, asegura.

Después de un tiempo de estar en el Ejército, Suárez Meléndez tuvo la oportunidad de aprender el idioma inglés y eso fue lo que le abrió las puertas para ser integrante de los cascos azules.

Comenzaron a mandarme a hacer algunos cursos y conocí lo que eran los cascos azules. Entonces a mí me interesó mucho”, agrega Suárez Meléndez, quien cuenta con 27 años de servicio para el Ejército mexicano.

¿Qué es lo más gratificante de formar parte de una misión de paz internacional?, se le preguntó.

Saber que pudimos hacer bien nuestro trabajo, el representar bien a nuestro país y haber podido aportar nuestro conocimiento para lograr la paz, para proteger a la población civil.

En lo que va del año ya son 15 los efectivos mexicanos asignados a misiones de paz.

De acuerdo con información de la ONU, la primera contribución importante de México al mantenimiento de la paz de esta organización fue en 1992, cuando desplegó más de 100 policías en la Misión de Observadores en El Salvador.