para México, Cuba y República Dominicana
Mensaje del Secretario General con motivo del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono
16 de septiembre de 2018
Este año las altas temperaturas están batiendo récords en todo el mundo. También es un momento decisivo para la acción por el clima.
A la hora de encarar esta amenaza, podemos inspirarnos del Protocolo de Montreal, magnífico ejemplo del modo en que el mundo puede unirse en defensa de la gente y el planeta.
Cuando la ciencia nos demostró que los clorofluorocarbonos y otras sustancias estaban haciendo un agujero en la capa de ozono que protege toda la vida de la Tierra, el mundo respondió con determinación y visión de futuro y los prohibió. Gracias a ese compromiso mundial, se prevé que para mediados de siglo la capa de ozono haya recuperado los niveles de la década de 1980.
No obstante, la labor aún no ha concluido.
La histórica Enmienda de Kigali, que entrará en vigor el 1 de enero de 2019, pone en el punto de mira los hidrofluorocarbonos, potentes gases que calientan la Tierra y se siguen usando en los sistemas de refrigeración.
Hasta la fecha han ratificado este nuevo instrumento 46 países; insto a todos los demás a que sigan el ejemplo y muestren su compromiso con un planeta más saludable. Espero que los países puedan acreditar progresos significativos en la aplicación de la Enmienda de Kigali cuando asistan a la Cumbre sobre el Clima que estoy organizando para septiembre de 2019.
A lo largo de más de tres decenios, el Protocolo de Montreal ha hecho mucho más que reducir el agujero de la capa de ozono, también nos ha demostrado cómo la gobernanza ambiental puede dar respuesta a la ciencia y cómo los países pueden hacer frente juntos a una vulnerabilidad compartida.
Hago un llamamiento a fomentar ese mismo espíritu de hacer frente común por una causa y, especialmente a ejercer un mayor liderazgo ahora que nos esforzamos por aplicar el Acuerdo de París sobre el cambio climático y por poner en marcha las ambiciosas medidas en esta esfera que con tanta urgencia necesitamos adoptar.
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La capa de ozono es una franja frágil de gas que protege la Tierra de los efectos nocivos de los rayos solares, contribuyendo así a preservar la vida en el planeta. Sin embargo, la utilización durante años de ciertos productos químicos la dañaron, poniendo en peligro nuestra propia existencia y la del resto de seres vivos del planeta.
Un esfuerzo internacional conjunto ha permitido la eliminación y reducción del uso de sustancias que agotaban la capa de ozono, ayudando no solo a protegerla para la generación actual y las venideras, sino también a mejorar los resultados de las iniciativas dirigidas a afrontar al cambio climático. Esos esfuerzos han protegido asimismo la salud humana y los ecosistemas reduciendo la radiación ultravioleta del sol que llega a la Tierra.
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